Bogavante: el rey de los crustáceos
El Bogavante es uno de los crustáceos más valorados a nivel gastronómico. Suele encontrar su hábitat en los fondos de roca y arenosos entre los dos y 50 metros de profundidad. Es noctámbulo, tiene diez patas y se alimenta de calamares, sepias y pulpos, pequeños moluscos y peces, de ahí su excelente sabor.La carne del bogavante, de color blanca, destaca por su carácter sabroso y consistente. Además, casi todas las partes son aprovechables, sobre todo la zona del tórax, que presenta una textura cremosa llamada coral. Este se puede comer tanto solo como acompañado de ingredientes para otros platos como arroces, salpicón o guisos.El bogavante es un crustáceo rico en nutrientes, especialmente en proteínas de alto valor biológico, fundamental para desarrollar unos músculos sanos. No obstante, su consumo debe ser parte de una dieta equilibrada y su consumo moderado debido a su alto contenido en colesterol. Por otra parte, se trata de un crustáceo rico en yodo, beneficioso para el metabolismo y que ayuda al buen funcionamiento de las células. Asimismo, su aporte en zinc es indispensable para el sistema inmunitario, previene de enfermedades cardiovasculares y es necesario para el mantenimiento de huesos.El bogavante mantiene los valores nutricionales generales del marisco, y tiene unas 91 calorías por cada 100 gramos. Además, el nivel de grasa es prácticamente inexistente. Como hemos dicho antes, contiene grandes cantidades de colesterol, aunque la mayoría se haya en la parte de la cabeza, y además, no aumenta los niveles en sangre ya que el tipo de grasas que contiene, al ser insaturadas, favorecen el perfil lipídico.
¿Cómo se come un bogavante?
Es importante saber que el bogavante no sólo nos ofrece la carne del abdomen y la cola. Además, la carne que rellena las pinzas y su coral son manjares muy apreciados ya que poseen un sabor intenso y aromático.Si el bogavante es cocido o a la plancha, la manera más fácil de comerlo es partirlo por la mitad con un cuchillo grande y extraer la carne con un tenedor o un utensilio parecido. Luego, para pelar las pinzas podemos romperlas con unos alicates especiales para ello o un partenueces.